Para empezar, conviene visualizar un par de vídeos relacionados con lo que para nosotros debe resultar prioritario: nuestro cometido, ese “para qué” que acaba por resumir cuál es nuestra intención cuando nos ponemos en marcha. Queremos resaltar con ellos la importancia que tiene este factor de productividad. Ésta es una de las principales tareas en las que nos tenemos que ocupar con carácter previo al desempeño en sí de nuestro trabajo.
De algún modo, es como tomarnos un tiempo para pensar mientras nos limpiamos las gafas a conciencia para ver bien la realidad. Nada puede resultar más revitalizante en momentos de desorientación y dudas, que saber dónde estás, hacia dónde quiere ir y para qué.
Se hace necesario, pues, conocer cuál es nuestra visión (de cara al futuro), nuestra misión (en el presente) y los valores que deben inspirar cada uno de nuestros actos. En cualquier empresa, ésta será la cúspide del plan estratégico que sirve de guía para desarrollar su actividad.
A nivel personal, se hace igualmente necesario y por ello deberemos establecer cuáles son nuestras prioridades. De lo contrario, nos podemos situar en una perspectiva donde “los árboles no nos dejen ver el bosque“.