Durante la jornada laboral, las tareas programadas (PDA) van a tener que coexistir necesariamente con las no programadas (TNP). No se puede tener todo atado y bien atado, hasta el punto de que sólo suceda lo que uno ha previsto y para lo cual se ha preparado. Es, por lo tanto, una aspiración legítima que prevalezca el "YO" -que representa la PDA- sobre "LOS DEMÁS" -que representan las TNP-. No importa si se trata de cuestiones laborales o personales, la cuestión es que tiene todo el sentido del mundo que ante el "choque" entre una tarea de la PDA con otra del mismo rango o inferior de las TNP, tengamos que apostar por la de la PDA. Ahora bien, si el rango es superior, prevalece la de mayor rango.