Con los factores que determinan la empleabilidad y la productividad individual podemos ser muy activos a la hora de llevar a la práctica iniciativas que nos permitan mejorar.
En cambio, con los factores que determinan la ocupabilidad, no ocurre lo mismo. Aquí, el margen de actuación a nivel personal es muy limitado. Como mucho, podremos utilizar los cauces de participación colectiva ciudadana (votando, participando en foros o manifestaciones,…) para intentar influir un poco en la realidad existente.
Una realidad que, en materia de ocupación, se gestiona -utilizando de nuevo el caso español- a través del Sistema Nacional de Empleo. Éste depende del Ministerio de trabajo y está integrado por el Servicio Público de Empleo Estatal y los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas. Entre sus funciones están:
- Hacer efectivo el derecho de las personas desempleadas a tener protección pública
- Coordinar a todos los agentes que intervienen en el mercado de trabajo
- Adecuar de la oferta formativa a los tiempos actuales
- Intensificar la coordinación entre empresas y centros formativos
- Fomentar el empleo
- Diseñar de programas de orientación laboral mediante itinerarios individuales y personalizados
En definitiva, aspirar a instaurar una educación cosmopolita adaptada a un mundo global.