Kanban es un método de gestión de procesos que se basa en organizar el flujo de trabajo y la información de un modo muy visual. Se lleva a la práctica desplazando tarjetas sobre un tablero. Es una manera de tomar conciencia de algo tan intangible como es saber si lo que hacemos lo estamos haciendo «bien», es decir, conforme el cliente espera y maximizando nuestras capacidades.
Se puede utilizar para gestionar proyectos a nivel individual, aunque donde despliega su mayor potencial es a nivel de equipo. Es sencillo de adaptar a cualquier sistema de producción porque no requiere de grandes cambios organizativos. Además, su implantación es compatible con la existencia de otras metodologías ágiles como Scrum.
La visualización del proceso de producción permite identificar el valor para el cliente y organizar los flujos de tareas en curso de modo que se consiga la entrega «justo a tiempo» (JIT). Ello permite aumentar la calidad y enfocarse en la mejora continua del proceso. Debido a su impacto positivo en la eficiencia del flujo de trabajo, su uso está ampliamente extendido en multitud de sectores de actividad.