Como podemos suponer, se pasa el día, pasillo arriba, pasillo abajo, recepcionando a los ITEM que le entregan y acompañándolos a su estancia. Mientras lleva a cabo su triple labor, va rellenando una ficha técnica en la que deja constancia de todos los datos recopilados.
Al despedirse del ITEM le hace entrega de este documento, advirtiéndole de que no se separe de él en ningún momento si no quiere caer en el olvido y pasarse allí el resto de su vida. Esta “ficha bautismal” es su salvoconducto, el pasaporte que les permitirá salir de almacén en el momento en que sea seleccionado para formar parte de la PDA(n+1).