Conviene distinguir la relevancia de cada asunto que voy a tratar. Por eso, distingo cuatro grupos. Con el paso del tiempo, he probado distintos sistemas de señalización para cumplir con esta finalidad. He usado la técnica MoSCoW (Must, Should, Could y Won’t have). He utilizado colores (rojo, naranja, azul y blanco). También he probado con números (1, 2, 3 y 4), letras (A, B, C y D)… luego decidí llamarlas “tareas clave”, “tareas laborales”, “tareas personales” y “tareas de relleno”. Me he dado cuenta que no importa demasiado el modo que utilice. Al final, me basta y sobra con que mi mente distinga unas de otras. Creo que esto aporta un gran valor a la hora de situarnos mentalmente y saber qué es lo que estoy haciendo en cada momento.