Inicio » MÉTODO » CAPACIDAD DE IMPROVISACIÓN

CAPACIDAD DE IMPROVISACIÓN

La realidad de nuestro día a día viene cargada de nuevos inputs. En muchas ocasiones, éstos colisionan con compromisos que han sido previamente asumidos, y para los cuales ya teníamos reservado un tiempo. Ser capaz de reaccionar de inmediato y reasignar huecos en la agenda a medida que se van produciendo cambios, sin que se resienta la productividad, no es tarea fácil. A base de coger más y más práctica en el circuito, llegaremos a interiorizar la dinámica del WORKFLOW y sistematizaremos la secuencia que aquí se expone, lo cual nos permitirá estar más capacitados para improvisar.

DEFINICIÓN

“Improvisa el que puede, no el que quiere”

Para entender qué es la capacidad de improvisación nos viene bien partir desde la definición del término “Improvisar“. Según la RAE lo define como “Hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación“. Quizá esta manera de expresar las cosas pudiera dar a entender que improvisar equivale a hacer las cosas sin orden ni concierto, de un modo atropellado.

Sin embargo, para poder improvisar tienes que manejarte con soltura en una serie de habilidades y estar bien adiestrado con mucha práctica para ejecutarlas. Las más relevantes serían: 

  • Escucha: destreza para captar el momento con atención plena e interpretarlo rápidamente y así poder ofrecer una respuesta inmediata.
  • Intuición: Habilidad para percibir algo de manera clara, sin que intervenga el pensamiento racional.
  • Aceptación: Actitud de asunción de la realidad tal y como se nos presenta, sin emplearnos en juicios de valor. 
  • Imaginación: Capacidad para establecer nexos entre diferentes conceptos y, a partir de ahí, crear nuevos significados.
  • Espontaneidad: Autenticidad en la reacción ante estímulos externos. 

CONCLUSIÓN

Así pues, es lógico entender que la capacidad de improvisación no está al alcance de todos. Está reservada a personas con un alto grado de preparación y profesionalidad en la materia. Basta situarnos mentalmente en un club de jazz. La música en directo con la que podemos deleitarnos, en muchos casos va a ser fruto de la improvisación. Pero no nace de la nada.

En primer lugar, el nivel de los profesionales que la ejecutan es muy alto. En segundo término, las técnicas que utilizan para improvisar se sujetan a patrones muy claros, previamente establecidos, que se repiten una y otra vez. Y por último, los ensayos previos necesarios para llegar a interiorizar los esquemas de escalas, arpegios, giros armónicos, riffs, etc… son infinitos.

Esta disciplina no es exclusiva del género musical. Existen verdaderos maestros del arte de la improvisación en el teatro, en la danza, en la poesía, en el mundo del rap, entre los profesionales de la oratoria, etc…

En cualquier caso, y a pesar de lo que pueda parecer, quienes disponen de capacidad de improvisación y se desenvuelven en su género con total libertad, no lo hacen como dice la RAE, sin estudio ni preparación: están respaldados por su gran maestría y una intensidad de entrenamiento muy alta.

CAPACIDAD DE IMPROVISACIÓN vs SISTEMATIZAR TOMA DE DECISIONES

Aquellos que sean capaces de hacerlo sobre la marcha con un resultado efectivo estarán demostrando que tienen capacidad de improvisación. No obstante, está claro que esto estará reservado, en exclusiva, a personas con mucha experiencia y preparación.

Para el resto de mortales, que somos la gran mayoría, existe un recurso menos exigente y más seguro, que es la SISTEMATIZACIÓN EN LA TOMA DE DECISIONES. Recordemos que éste era uno de los elementos a través de los cuales definíamos la variable MÉTODO (perteneciente al bloque interno y categorizada como diferencial). Además, utilizado como es debido, nos garantiza resultados, que es lo que al final se pretende.

Deja un comentario