Introducción elemento capacidad afectiva
En primer lugar, cabe decir que entendemos por sentimiento o corazón la capacidad afectiva o el apego emocional necesario para desempeñar un trabajo. Algo que está directamente relacionado con lo que entendemos por “felicidad en el trabajo“.
En este sentido, resulta interesante visionar un par de vídeos relacionados con la materia que aquí nos ocupa. Especialmente didáctico resulta el del maestro José Antonio Marina, donde resume con la meridiana claridad que le caracteriza cuáles son los puntos clave. Insiste en que han de darse todos juntos a la vez, y en armonía, para que exista felicidad en el trabajo. Necesitamos:
- Bienestar, comodidad,… es el componente más hedonista (retribución económica, condiciones de trabajo agradables,…)
- Relaciones sociales satisfactorias (reconocimiento de la valía profesional, status,…)
- Sensación de progreso y de crecimiento, de pertenencia a un proyecto.
Por otro lado, conviene apuntar que éste es un factor de productividad que también guarda un cierto paralelismo con el de la identificación personal con la tarea (entusiasmo). Pero recordemos que éste dependía de nuestra VOLUNTAD o querer (actitud innata) mientras que aquí estamos hablando de CAPACIDAD o poder (aptitud innata).
Pautas DAFO "potencial afectivo (corazón)"
En su versión negativa (DEBILIDAD) implica estar limitado o tener algún condicionante a nivel sentimental para llevar a cabo determinada tarea. Quizá porque nos falte uno de los tres ingredientes que nos apunta Marina en el vídeo (bienestar, relaciones sociales o sensación de progreso).
Para corregir esta debilidad debemos valorar hasta qué punto es posible ponerle remedio a este problema y actuar en consecuencia.
En su versión positiva (FORTALEZA) supone reunir condiciones a nivel sentimental para ser capaz de llevar a cabo determinada tarea. Sólo suponen posibilidad y tenerlo no implica que la actuación sea adecuada.
Para mantener esta fortaleza, se recomienda superar con cierta periodicidad un test que mida la capacidad afectiva necesaria para ejercer el desempeño que tenemos encomendado.