Hablamos de la ciencia de la alimentación para referirnos a la tecnología aplicada a los alimentos. Este disciplina estudia la composición microbiológica y química de los alimentos. También se encarga de desarrollar nuevas alternativas seguras y saludables adaptadas a las necesidades de cada individuo.
Por ejemplo, los especialistas en tecnología de alimentos han conseguido crear edulcorantes sin calorías. Con ello, permiten combatir enfermedades tales como el sobrepeso, la obesidad y la diabetes tipo 2.
Un capítulo aparte merecerían los alimentos transgénicos, aquellos modificados genéticamente. La tecnología de la alimentación analiza las ventajas y los inconvenientes de su uso para el consumo humano. Y en este campo de investigación no parece haber consenso. Por una parte, están los que piensan que pueden ser la solución al hambre en el mundo. Por otra, están los que sostienen que pueden causar una catástrofe ecológica sin precedentes.
En lo que a salidas profesionales se refiere, el tecnólogo de los alimentos es también especialista en nutrición y dietética. Además, tiene a su alcance dedicarse a la investigación en laboratorio y la docencia universitaria. En definitiva, parece bastante claro que aquellos científicos especialistas en las áreas de agricultura y ganadería estarán muy solicitados en el futuro. Principalmente, por la industria alimentaria y por la farmacéutica.