Teniendo en cuenta que el Manifiesto Agile está fechado en el año 2001, no es exagerado decir que las metodologías ágiles son muy recientes. Pero no son un fenómeno de eclosión espontánea ni nacen de repente o de la nada. Más bien al contrario, sus orígenes se remontan a las técnicas de producción desarrolladas por Taiichi Ohno en Toyota en la década de los ’50-’60. Modelos como Kanban, Just In Time, Kaizen, etc… van fraguando y demostrando su validez en la industria del automóvil y acaban por extenderse al resto de sectores.
Luego, con la era digital, la industria del software se encuentra con unas características específicas en su modo de producción para las que las metodologías en cascada (“Waterfall”), más propias de procesos simples y predecibles, ya no son efectivas. Es en este contexto cuando cobra sentido el Manifiesto Agile, donde se establecen una serie de pautas, valores y principios que suponen soluciones de gestión para procesos y proyectos complejos. De igual modo que ocurrió décadas atrás con el modelo TPS (Toyota Production System), lo que demuestra su bondad, aunque surja en una industria se acaba extendiendo al resto de sectores rápidamente.
El marco de trabajo más utilizado dentro de las metodologías ágiles es Scrum, que define una serie de roles para su implementación tales como:
- El SCRUM MASTER es el que hace que las reglas establecidas en Scrum se cumplan y el que actúa de apoyo y facilitador entre los miembros del equipo, eliminando los obstáculos que van apareciendo.
- El PRODUCT OWNER es quien domina las características técnicas del producto y quien conoce el mercado. Su función es asegurarse que el equipo Scrum trabaje desde la perspectiva del negocio.
La difusión en el mundo de la enseñanza, el marketing, las finanzas, etc… no es casual. Aplicando Scrum se consigue agilizar proyectos para ser más productivo, siendo flexible y abierto a los cambios, reduciendo los tiempos de entrega, aumentando la calidad del producto y la satisfacción del cliente, lo que reduce los riesgos del proceso.
Es por ello por lo que se abre un mundo de oportunidades para aquellas personas que consigan especializarse en un rol que será esencial para implantar este framework en las empresas que quieran adaptar su gestión a los entornos complejos a los que nos enfrentamos en la era digital.
En relación a los aspectos más relacionados con las titulaciones, señalar que existen diversas certificaciones emitidas por organismos varios. Os dejo un artículo para vuestro análisis.
Las mejores certificaciones para Scrum Masters