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CHAT – MENSAJERÍA INSTANTÁNEA

Charla entre dos o más personas que, en lugar de llevarse a cabo en la calle físicamente, se realiza a través de internet sin importar la ubicación de las partes. Posibilita que se pueda mantener una conversación en tiempo real intercambiando texto, imágenes, vídeos, documentos, enlaces,...

Diferencias entre CHAT y MENSAJERÍA INSTANTÁNEA (MI)

Una sala de chat es pública y no conoces a nadie, por lo que sirve para conocer gente que comparte contigo intereses en algo

El entorno de MI es privado y ya conoces a todos los participantes en la conversación

A través del chat los mensajes aparecen listados, uno tras otro, a la vista de todos

En MI aparece un nuevo recuadro por mensaje. Se asemeja más a una conversación por radio en la que uno está a la espera de que el otro le conteste

Para tener una conversación a través del chat ambas partes deben estar conectados y encontrarse

En MI basta con que el programa esté activado, el mensaje aparece y avisa al destinatario

Aunque no sea siempre así, se suele chatear en el ordenador

Aunque no sea siempre así, las conversaciones de MI se suelen mantener en el móvil

Orden espacial

En este aspecto, no existen grandes diferencias entre hacerlo en el mundo off-line o el mundo on-line. Tendremos que elegir a través de qué plataformas nos interesa operar: WhatsApp, Google Hangouts, Line, Skype, Facebook Messenger, Telegram, Snapchat, Viber, QQ,… O sea, con qué gente relacionarnos.

A partir de ahí, el orden vendría relacionado con la predisposición a entablar charlas digitales. Desactivar el sonido de las notificaciones en los servicios de mensajería instantánea es una buena praxis. Equivale a evitar el contacto presencial con tus amigos y compañeros, con lo que la tentación queda neutralizada.

Rutina temporal

técnicas de gestión del tiempo

Cuando, en horario de trabajo, nos disponemos a poner en marcha una charla digital a través de un chat o de un servicio de mensajería instantánea debemos tener clara la necesidad de llevarla a cabo. La cuestión está en si procede o no emplear una parte de nuestra jornada laboral en esto

Volvemos a insistir en la conveniencia de diferenciar entre lo personal con lo profesional. Hoy en día, prácticamente todo el mundo lleva su móvil personal al trabajo y en él se encuentran descargadas las aplicaciones de mensajería que usa habitualmente. Al no existir una regulación específica, cada empresa establece sus normas respecto a los usos permitidos y los que no. 

Tal y como ocurre con el correo, las redes sociales y con el teléfono, somos nosotros los que elegimos cuándo acceder a un chat o a una plataforma de mensajería instantánea. Apuntamos, igual que con el móvil o las redes sociales, la conveniencia de trasladar el momento de la charla digital a las pausas de café que tengamos preestablecidas durante la jornada laboral. Si utilizamos la técnica Pomodoro, las pausas que establece son ideales para dedicarlas a este fin, de modo que se convierten en “pausas productivas“. Al final, el sentido común es lo que debe presidir el necesario equilibrio entre las partes.

Para dimensionar el impacto que sobre la productividad puede suponer aprovechar o desaprovechar los pequeños espacios de tiempo con inteligencia adjuntamos una tabla de conversión de tiempos. Utilizándola podremos calcular de inmediato cuánto suponen unos pocos minutos al día cuando hablamos en términos de días, meses o incluso años.

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