La irrupción del Big Data en el mundo real tiene innumerables efectos prácticos para el cuerpo de técnicos de Hacienda. Si alguien maneja datos al por mayor con capacidad de cruzarlos para pillar errores y sacar partido, ése es el Estado. La lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales tiene un arma muy poderosa (Big Data) y un guerrero con muchas ganas (la administración tributaria). El uso de información masiva de bases de datos permite al fisco ser más eficiente.
Sin embargo, parece ser que el organismo recaudador ha llegado a una conclusión: Se levantan muchas más liebres cruzando datos mediante la aplicación de estas herramientas a la vanguardia de la tecnología que usando un ejército de inspectores.
Por ello, y aunque parezca extraño a primera vista, es una realidad que el cuerpo de técnicos de Hacienda dedicados a perseguir contribuyentes evasores tiene un futuro en entredicho. Parece como si a los soldados de este ejército recaudador les hubiera estallado su poderosa arma en las manos.
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