En primer lugar, la plantilla del sector manufacturero está siendo víctima de la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT). Éstos están consiguiendo que los robots aprendan a mejorar por sí mismos. Por supuesto, esto permite una cada vez mayor eficiencia en las cadenas de montaje y ensamblaje. Al mismo tiempo, se reduce el riesgo de conflictividad laboral. Por consiguiente, en la plantilla de la industria manufacturera se vive un proceso constante de relevo por robots industriales. En definitiva, que el futuro no es nada prometedor para los operarios del sector manufacturero.
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