El futuro de las oficinas bancarias
En primer lugar, a la hora de hablar sobre el futuro de las oficinas bancarias debemos partir de la constatación de un hecho. Siempre se ha dicho que el principal activo de una entidad financiera es la confianza que inspira a sus clientes. Hasta la llegada de la crisis financiera, los bancos gozaban de un grado de credibilidad en su propia identidad de marca. Además, esta credibilidad les protegía de la amenaza que suponen ciertos avances tecnológicos. Pero ahora, tras la merma de credibilidad como consecuencia de los escándalos vividos en la última década, han pasado a ser vulnerables.
Actualmente, la dinámica en la que se encuentran inmersas las entidades bancarias es la de canibalización mientras cavan su propia tumba. Ante la caída de márgenes -especialmente desde que los tipos de interés están cercanos a cero- todas se han lanzado a la búsqueda de volumen. Para alcanzarlo, se ven ante la necesidad de enseñarles a sus clientes a practicar el self-service. Les invitan a realizar sus trámites vía cajero automático o vía Internet. Si su clientela se hace el trabajo, ellos pueden abarcar a más clientes. El problema es que cada día que pasa el futuro de las oficinas bancarias es más negro. Y sus empleados, más sustituibles y prescindibles.
El futuro de la banca on-line
Paulatinamente, el futuro de la banca on-line se va consolidando con mayor fuerza. Va ganando terreno y acabará por destronar a la banca tradicional. Ya estamos viendo que este proceso trae consigo el cierre de sucursales y los despidos masivos de los empleados de atención al público. En un futuro próximo, los clientes de las entidades financieras se relacionarán con sus empleados por medio de asistentes telefónicos o aplicaciones móviles.
Paralelamente, han entrado en escena sin pedir permiso las empresas de tecnología financiera. El futuro de las fintech es cada vez más prometedor y, como corresponde, desarrollamos su contenido en el apartado profesiones de moda. Aquí simplemente mencionaremos que son parte del “problema” de futuro que tienen las oficinas bancarias. Estas startups en pleno auge con modelos de negocio innovadores han ido llenando pequeños huecos de negocio donde la banca creía tener en exclusiva. Y esto, en un mundo donde los millennials vienen pisando cada vez más fuerte. En definitiva, que todo ello refuerza los argumentos de quienes auguran cambios de calado en el sector financiero.