Para facilitar el proceso de toma de decisiones, ante cada nuevo INPUT, debemos interrogarles uno a uno siguiendo la misma simple secuencia de preguntas:
1.-¿Es este INPUT de información lo suficientemente importante como para que, a partir de este momento, tengamos que prestarle MÁS atención?
2.-¿Conviene que se “haga” algo?
3.-¿El sentido común recomienda que me encargue yo de llevar a cabo esa acción?
4.-¿El límite temporal que tenemos para ejecutar esta tarea queda dentro de la jornada?
5.-¿Esta urgencia es inmediata? ¿Ha de hacerse ya o basta con que se haga antes del final de la jornada laboral?