Un área de trabajo desordenada y desorganizada interfiere con su capacidad de concentración, compromete su efectividad y ocasiona el desperdicio de tiempo valioso. Un escritorio ordenado elimina las distracciones y aumenta la productividad.
Empiece el proceso de organización por quitar todo lo que está sobre su escritorio, a excepción de la computadora, el teléfono y demás equipo necesario.
Tome unos cuantos papeles del montón y revíselos uno por uno. Tírelos, archívelos, circúlelos o actúe en consecuencia. La clave es evitar que regresen al montón. Revise cada gaveta y cada repisa. Conserve lo que en realidad necesita. Minimice su cantidad de curiosidades. Felicítese cuando termine una gaveta.
Una casa ordenada contribuye a una mente tranquila. Asegúrese que todo tenga su lugar. Ponga las cosas en su sitio rápidamente. Deshágase de objetos que van de un lugar a otro. Si el desorden es un problema crónico, revise sus patrones de compra.
¿Es un comprador compulsivo? ¿Visita las tiendas por lo menos una vez a la semana?
Para evitar compras precipitadas, deje pasar un poco de tiempo a ver si la sensación desaparece.